jueves, 26 de agosto de 2010

Animar o no animar... esa es la cuestión

¿Qué es más efectivo si quieres animar a un mexicano a destacar en algo? A) Creer en el, no decirle nada y cuando obtiene un triunfo solo expresar un “yo sabía que podías” B) Enumerar virtudes inexistentes para que con el tiempo “las desarrolle” C)Decirle cualquier cosa que frene sus aspiraciones y le genere frustración buscando una “catarsis aspiracional” que lo impulse a destacar.

Cualquiera de las opciones tiene un mismo fin último y todas tienen que ver con manipular el orgullo del mexicano hasta lograr que destaque, fracasé o muera en el intento.

Suena bastante complicado, sin embargo es algo muy casual, cotidiano y fácil de explicar, por ejemplo, ¿Qué pensamos de que México gané el mundial? parece un ejemplo bastante irrelevante y en donde el malinchismo se apodera de las opiniones divididas.

Pero me atrevo a meter las manos al fuego y decir que aquellos que reniegan de la selección no son malinchistas, más bien se trata de este deseo escondido y culposo de ver triunfar a la selección, ¿Por qué culposo? La respuesta es sencilla, porque hacemos uso de la opción “C” para hacer que en este caso la selección nacional consiga lo que queremos.

Y ahora, ¿Qué hacemos cuando sabemos que alguien cercano no tiene las suficientes cualidades para desarrollarse en un puesto laboral? Hacemos uso de la opción “B” con maestría.

Saturamos a nuestro conocido de cualidades inexistentes con el pretexto de que algún día logrará desarrollarlas, sin embargo no estamos siendo completamente correctos, pues cuando el individuo se de cuenta de que no sirve, volverá al punto de partida.

Ejemplificar la aplicación de la opción “A” tiene un grado de dificultad superior a los incisos anteriores, pues en esto existe una subdivisión de mexicanos.

Hablemos del mexicano “a.1” como aquel que de verdad cree que otro puede lograr destacar, pero que no dice nada, le emociona el triunfo del otro, deja a un lado el egoísmo y expresa un “sabia que podías” desde el fondo de sus entrañas.
Mientras que el mexicano “a.2” omite la descripción general de el inciso “A” y se brinca directamente al punto en el que expresa un “sabia que lo lograrías”, efímero y solo para quedar bien.

No es mi intención hablar de el mexicano “a.2” pues eso no tiene nada que ver con la influencia que cualquiera de los tres incisos tiene, en el impulso externo que toma en cuenta el mexicano para destacar.

Sea cual sea la aplicación de los incisos, todos se introducen despacio y subliminalmente en la cabeza del mexicano, también al momento de recibir cualquiera de estos “animos” podemos dividir al mexicano según su reacción.

El mexicano 1) Feliz por su triunfo no sabe diferenciar entre la opinión expresada por el “a.1” o el “a.2”, sin embargo esta invadido por esa ola de emociones y no le interesa. Este desinteres no tiene nada que ver con el grado de afección que tuvo en él no recibir comentario alguno previo a su triunfo.

Esta afección no le permite agradecer el silencio de otro, por el contrario lo lleva al camino del abandono de la humildad y la explosión del propio ego, navega con la idea de haberle demostrado al otro lo chingón que es y el mal que este otro individuo cometió al no creer en el, cuando en realidad lo único que hizo fue no decir nada.

El mexicano 2) Destruido por no contar con esas cualidades que alguien más le dijo que tenia, se mantendrá eternamente dentro de su “zona de confort” sin alguna intensión arriesgar, sin tratar de ganar y con miedo a perder.

Aunque la intensión de quien le dijo que contaba con dichas cualidades no era destruir sus ilusiones, consiguió este efecto creador de “mexicanos conformistas”.

El mexicano 3) En su catarsis aspiracional decide ponerle todas las ganas del mundo a lo que hace, pues alguien más le dijo que no podía, que era imposible, que pusiera los pies en la tierra y que dejara de soñar.

Por supuesto que este inciso, genera dos reacciones diferentes, por una parte puede que el mexicano catártico renuncie, en el mejor de los casos el mexicano conseguirá cumplir sus objetivos gracias a que otro “le pico la cresta”.

Igual que el mexicano 1 abandonara la humildad por un rato y se encargará de recordarle todo el tiempo a quien le dijo que no podía que LO LOGRÓ, prácticamente se lo “restregará en la cara”, este individuo habrá logrado su objetivo y vivirá en paz, sabiendo que es la mente maestra, tras la mente maestra que cumplió su objetivo.

En fin, todo es cuestión de estrategía y aunque niguno de los incisos pretende hacerle mal nadie, no podemos adivinar como reaccionara la otra persona, es por esto que aquí se muestran solo las reacciones más comunes.

Estos incisos no se aplican a la vida en general, más bien a cada una de las situaciones que emergen en la cotidianidad de los mexicanos, quienes sea como sea evolucionamos de un pueblo medianamente activo a una nación generadora de acciones, siempre y cuando nuestro orgullo nos lo permita.

4 comentarios:

MfS dijo...

Creo que das un muy buen ejemplo de lo que somos los mexicanos(en los casos que representas),creo que este es tu comienzo de el trabajo de 2000 palabras no?
vas muy bien,se que te quedara genial, pues parece que es un trabajo que te emociona. :)
y no te digo esto como utilizando la opcion B)
pero tampoco me puedo quedar como la opcion a.1...pues escribiste esto para leer mi opinion y la de otras personas.
un gran saludo
y espero que estes bien.

alex dijo...

que bien escribes Danny, Me gusta mucho leerte, y obvio ver tus videos, pero en particular creo que este post te quedo muy bien, me gusto y con ganas de pasarlo a algunas peronas que creo, inconcientemente, se portan como el inciso C)

Suerte :)

dollyy! dijo...

hola! awww
te conoci por chicasvlog em zip creo que asi se escribe & waoo em encantan tus videos (YY)

Chivis* dijo...

Muy buen análisis, Danny. Me hiciste entender varias cosas que ocurren en la cotidianidad.

Yo he animado y me han animado de todas esas maneras que mencionas. Creo que la reacción al estímulo depende mucho de la fortaleza de la persona y de el aprendizaje que adquiere una vez que le han hecho lo mismo una y otra vez...

No sé si sea correcto, pero creo que conozco una especie de subdivisión "c.1", que es una combinación de C) con "a.2"...
Crearle un ambiente de competitividad para "picarle la cresta" sin palabras y, cuando obtiene el triunfo, no decirle nada para hacerle creer que no lo ha logrado y se esfuerze hasta llegar todavía más alto.

Bueno, gracias por todo Danny... =)